Artículo de opinión del secretario general de UGT FICA Pedro Hojas, publicado en Diario 16, en el que analiza la enorme potencialidad que tiene el sector de la construcción español para contribuir a la recuperación económica del país
La crisis derivada de la pandemia ha venido a confirmar la enorme potencialidad del sector de la construcción en nuestro país tanto en términos de empleo como mecanismo tractor y dinamizador de otros sectores y actividades industriales. De hecho, la construcción está siendo uno de los sectores que está resistiendo mejor las consecuencias de la COVID-19, y puedo afirmar que está en disposición de convertirse en una de las puntas de lanza de la recuperación del empleo y de la actividad económica en España.
Los datos conocidos en los últimos días apuntan a una reactivación importante del sector de la construcción. En concreto, el número de empresas con asalariados del sector ha crecido en el último mes un 13,8%, lo que se traduce en 16.208 empresas inscritas más que en abril del año pasado, la mejor cifra de los últimos ocho años, mientras que el número de asalariados afiliados en el último año ha crecido un 18,4% y solo en el mes de abril se han creado casi 13.000 empleos.
La construcción es un sector resiliente. Ya no nos referimos a él como el sector del ”ladrillo”, o el “refugio” en el que cualquiera podía trabajar. En pocos años el sector de la construcción se ha reinventado a sí mismo: hoy en día hablamos de un sector innovador, a la vanguardia en la aplicación de nuevas tecnologías, que está sabiendo hacer frente a la transformación digital, e introduciendo nuevos materiales y nuevas formas de trabajo, para adaptarse al siglo XXI. De hecho, se ha convertido en un sector atractivo para los trabajadores y trabajadoras que se incorporan al mercado laboral o para aquellos otros que no encuentran una ocupación en otros sectores en la que afianzar un proyecto de vida digno.
En este contexto sitúo los 6.820 millones de euros de los fondos europeos de recuperación que el Gobierno prevé destinar al Programa de Rehabilitación y Regeneración Urbana, ya que marcan un antes y un después en el papel de la construcción como unos de los motores imprescindibles de la recuperación económica en nuestro país.
Qué duda cabe de que esta inversión va a ayudar a consolidar, y de qué manera, al sector de la construcción, además de aportar carga de trabajo a las empresas, y generar miles de puestos de trabajo. Es aquí precisamente donde UGT FICA va a permanecer alerta para velar porque este nuevo empleo se sustente en buenas condiciones laborales, mejores salarios, más seguridad, y mejor formación para orientar el sector hacia el futuro haciéndolo más atractivo para los jóvenes que buscan su oportunidad para labrarse un futuro esperanzador.
Debemos reconstruir el país construyendo, lo que significa seguir modernizando el tejido empresarial del sector para hacer frente a retos como la transición ecológica o la digitalización. La construcción tiene mucho que aportar al futuro económico de nuestro país y al desarrollo del nuevo modelo productivo, pero para ello debemos de dotarnos no sólo de planes de rehabilitación de viviendas y edificios, sino también de una verdadera estrategia estatal de infraestructuras y políticas sociales de vivienda, que fomenten la cohesión social.
Sin embargo, en este panorama tan esperanzador para la construcción, en este largo camino para conseguir un sector más industrializado, más digitalizado y más ecológico, debemos hacer un alto para insistir, por un lado, en la urgencia para que los políticos dejen a un lado sus intereses partidistas y acuerden cuanto antes una nueva Ley de Vivienda, que posibilite a la ciudadanía poder contar con una vivienda digna; por otra, en la necesidad de invertir más en la prevención de los accidentes laborales, porque más allá de las cifras, más allá de las estadísticas, detrás de cada accidente, hay una historia personal y familiar, y en muchos casos, una tragedia, una vida truncada por un accidente que nunca debió ocurrir. Debemos tener muy presente que invertir en prevención es invertir en seguridad, lo que se traduce en menos accidentes laborales.
Como sindicato hemos presentado numerosas propuestas para acabar con esta lacra, como reforzar la Inspección de Trabajo para supervisar planes específicos, rejuvenecer las plantillas, vincular las licencias de obra a empresas con calidad en la prevención, extender iniciativas como “sello de calidad” en prevención, actualizar los Planes de Seguridad para adaptarlos a los riesgos, profundizar en la formación, reforzar la cultura de la prevención y llevar a cabo un seguimiento especial de la obras cuando se produzca un primer accidente grave.
Como he apuntado antes, la construcción puede ser uno de los pilares de la solución a la crisis económica actual. Y está en nuestra mano que así sea.